sábado, 16 de enero de 2016

Sígueme

Jesucristo nos " encanta " en este evangelio, con el " sígueme ". Nos cambia los tesoros de este mundo por los del cielo,y esto encanta a cualquiera. Encantar es meter en el mismo canto,encantamiento que a través del canto, te quedas encantado. El gran poder de encantar. Cristo nos mete en su canto de amor. Su poder nos quita las idolatrías de este mundo. Además nos dice: " no necesitan médico los sanos si no los enfermos ". Los que se consideran sanos se mantienen alejados del médico. El mejor negocio que podemos hacer es admitir nuestra enfermedad. Creerse sano no sirve de nada, simplemente cierras la puerta al médico, a Cristo.

Si nos creemos sanos estamos desajustados en la vida, sin justicia, sin meta, sin norte.
Dios nos invita a que no nos desajustemos. No perdamos  más el tiempo, en por ejemplo, resentimientos, cosas extrañas, fantasias,etc...y seremos unos ajustados en Cristo. Sigámosle.
   
La voz de Dios no es irresistible; no debe serlo, porque Dios quiere una obediencia libre. Entre el sígueme que Jesús pronuncia ante Mateo y el se levantó y lo siguió hay un abismo, una eternidad. Y sólo la libertad humana puede cruzar ese abismo y atravesar esa eternidad. Con el hombre, creado libre, Dios puede fracasar, y, en ocasiones, fracasa. Pero la culpa es nuestra.


Ese es el hombre de quien habló el Señor; Saúl regirá a su pueblo (1 Samuel 9, 1-19)

Salmo

Señor, el rey se alegra / por tu fuerza. (Salmo 20)

Evangelio

No he venido a llamar justos, sino pecadores (Marcos 2, 13-17)

viernes, 15 de enero de 2016

Reflexión 15/1/16

QUIÈN ORGANIZA AL PUEBLO ?

La humanidad siempre ha buscado que " alguién " les organice sus vidas; al principio eran los jueces ( p.j.Sansón ), no en el sentido de un juez con tribunal, caso jucio y sentencia ; era expresiones de la justicia de Dios, expresiones de como Dios ajusta, como organiza, como Dios salva.

El proble surgía que mientras el juez estaba en función, muy bueno, y se lograba hacer justicia, y se expulsaba a los enemigos. Pero una vez que el juez desaparecía, entonces el pueblo volovía a sus andanzas.

El,libro de los jueces lo resume de una manera muy clara, y esa parece una realidad del corazón humano : sólo cuando estamos verdaderamente en dificultad y encontramos nuestros límites, ahí si nos volvemos con todo nuestro ser hacia Dios.

Entonces los jueces no sirvieron para organizar al pueblo. Los sacerdotes tampoco sirvieron,ahí tenemos a Helí y sus hijos. Los profetas tampoco sirvieron, ¿ por qué ? Porque habiendo un profeta tan grande como Samuel, ya los hijos de Samuel no sirvían.

Lo intentaron con los  ¡Reyes!, vamos a tener un rey ".
Un rey que nos organize y que nos defienda, con ejército, etc.....

Miremos para resumir, la historia , el Antiguo Testamento es una sucesión de ensayos : los patriarcas, los jueces, los profetas, los sacerdotes, los reyes que tampoco, ni Saú, ni David , ni Salomòn.

Hoy estamos igual, la gente pone sus esperanzas en un presidente, en un gobierno, en un parlamento, etc.....y seguimos haciendo ensayos.

La historia de la humanidad nos dice que estos ensayos acaban su meta en la persona de Jesucristo de Nazaret.

¿ Por qué ? Porque hay algo nuevo que sucede en Jesús, y que es la unciòn del Espíritu Santo, obrando en nosotros y con nosotros, y sí hace que podamos perseverar,permanecer,crecer en su presencia, esto es lomque se llama santidad.

Abandonemos ser nuestro propios reyezuelos de nuestros míseros imperios.
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Referencias bíblicas del dia litúrgico de hoy :

Gritaréis contra el rey, pero Dios no os responderá (1 Samuel 8, 4-22a)

Salmo

Cantaré eternamente tus misericordias, Señor. (Salmo 88)

Evangelio

El Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (Marcos 2, 1-12)

Steve Jobs

lunes, 4 de enero de 2016

viernes, 1 de enero de 2016

Ser Madre


Esta es la homilia de mosén Germán de hoy 1/1/16  en la misa de Pont de Suert

http://youtu.be/FY39qTkj07I







Ahora que las ideologías de moda se las dan de progre solo porque quieren imponer el mito de la mujer autónoma, vaciando de significado la feminidad y negando el don de la maternidad, se hace más que atractiva y actual la figura de esta Mujer (así, con mayúscula), en la que Dios nos revela un nuevo significado de la feminidad y una nueva plenitud para la maternidad. La verdad es que no me imagino a ninguna feminista de aquella época (o de esta), desmelenada ante el pesebre, manifestándose a favor del aborto como derecho de la mujer, o reivindicando para el pobre José el derecho a parir un hijo. No. El Señor hace las cosas con tanta normalidad, tan a lo humano, que ni sus planes ni su modo de actuar entran en los esquemas de nuestra razón, de nuestros planes o de nuestras previsiones. Puestos a inventar lo humano, o puestos a imaginar lo divino, ya se ve que no tenemos ni la más mínima idea.

Con la solemnidad de la Madre de Dios, se cierra esta Octava de Navidad, en la que la Iglesia no ha dejado de contemplar y celebrar embelesada el misterio del Niño de Belén. Da igual el rincón del pesebre en el que nos coloquemos: el misterio es el mismo, aunque lo veamos desde distintas perspectivas. Podemos contemplar al Niño desde la paternidad de José; podemos contemplar al Niño desde la experiencia de los pastores; podemos intentar ponernos junto a aquellos animales, que aceptaron la visita de aquel huésped en su establo; podemos contemplar al Niño desde la adoración de los Magos; podemos también contemplar al Niño desde el corazón de su Madre. Todas las perspectivas nos conducen al mismo Niño de Belén, y desde todas se saborea con acentos nuevos ese misterio de un Dios hecho carne, ante el que la Iglesia queda como embelesada en estos días de Navidad.

Eran tantas las emociones y afectos de esos meses y días, que en el corazón de María no cabía ni una emoción más. Cuántas cosas guardaba y meditaba también José en su corazón. Aquel Niño, que había entrado en el mundo cobijado bajo el corazón de una madre, los tenía a los dos, a José y María, anonadados y embelesados. Aquel Dios, que quiso encerrarse en el misterio de la maternidad de una mujer, comenzaba ya así a revelarnos lo más íntimo de su ser. ¿Cómo no ver en la paternidad de José, en la maternidad de María, un reflejo de esa fecundidad trinitaria que hace de los Tres, del Padre, del Hijo y del Espíritu, un misterio de comunión y de mutua donación? Ser madre es acoger la vida y el amor, como hace el Espíritu Santo en la Trinidad. Pero, no es propio de la madre recibir para adueñarse sino para dar, como hace también el Espíritu Santo fuera de la Trnidad: recibe la vida y el amor del Padre y del Hijo para entregarlos a todos los hombres a través de la Iglesia. Por eso, en la maternidad virginal de María la Iglesia se entiende a sí misma, y también en Ella la mujer encuentra una fuente inagotable de significado, que explica la riqueza de su feminidad y su vocación de mujer: ser madre. Este misterio de maternidad es lo que deslumbró a aquellos rudos pastores, que fueron corriendo hasta Belén, y lo que había cautivado el corazón contemplativo de José durante los meses previos al nacimiento del Hijo. Pidamosle a él, a José, que nos enseñe a contemplar la maternidad de María con ese mismo corazón emocionado con el que supo recibir de las manos de su Esposa  el cuerpo de Dios Niño.






Titulo: El cumplimiento del tiempo en la Biblia



Se alcanzan a escuchar los ecos sonoros con la pólvora con la que se saluda el año civil que empieza. Y nosotros, como los antiguos monjes, levantados a media noche, velamos y cantamos, oramos y celebramos a nuestro Redentor.

Que otros tengan sus motivos de alegría. Nosotros no tenemos que destruir esta alegria pero indudablemente la nuestra tiene una fuente distinta.

Y considero que también es responsabilidad nuestra, ya que Dios nos llama a la oración en esta alta hora de la noche, es nuestra responsabilidad interceder por este mundo, porque quizá esta misma celebración nos hace conscientes del tiempo que pasa, del tiempo irremendiablemente perdido, y del tiempo como gracia y como don de Dios.

Quizá otras personas en otro género de celebraciones no tienen esa misma ocasión de reflexionar en estas cosas, y por eso hacemos bien en traer a nuestro pensamiento todas esas personas en medio de sus celebraciones y fiestas, porque nuestra intercesión, de alguna manera, prolonga la Providencia de Dios hacia esas personas.

También nosotros, seguramente, tuvimos algún tiempo en nuestra vida en que poco y nada nos importaba Dios en fechas como ésta; cada uno de nosotros puede recordar fechas así, y por eso, si estamos aquí, no es mérito nuestro, sino una obra de la gracia divina.

También las lecturas que hemos escuchado nos hablan del tiempo. Precisamente dice la Carta de San Pablo a los Gálatas: "Cuando se cumplió el tiempo envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, bajo la ley, para rescatar a los que estábamos bajo la ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción" Carta a los Gálatas 4,4-5.

"Cuando se cumplió el tiempo" Carta a los Gálatas 4,4, ¿qué significa esta expresión? ¿Es que Dios estaba esperando una fecha determinada en el curso de los siglos para decir: "¿Ahora sí toca la Encarnación"?

Este cumplimiento del tiempo no es algo exterior al tiempo, no es que Dios esté mirando el curso de los acontecimientos como el que ve a un juguete o a una maquinita funcionar, y dice: "Ahora es cuando me toca a mí".

El cumplimiento del tiempo en la perspectiva bíblica no es algo que sucede desde afuera; más bien se parece a una copa que se va llenando y llenando y de pronto rebosa; el cumplimiento de tiempo fue el rebozarse de la misericordia de Dios; el cumplimiento del tiempo fue el rebozarse de su sabiduría ya manifiesta en la historia; el cumplimiento del tiempo fue colmarse de su propio poder.

Podríamos decir que esos hilos que Él venía entretejiendo en el Antiguo Testamento, hilos que pasaban desapercibidos a casi todos los seres humanos y que sólo se dejaban entrever un poco por los Profetas, esos hilos ya eran como conductos capilares en los que Dios estaba derramando su amor, su piedad, su poder, su sabiduría. 

Y es esa piedad la que desde dentro de la historia hace reverdecer todo en una primavera de gracia, la cual estaba preparada por el invierno del pecado.

Y quien veía los árboles despojados de hojas y quien sentía el frío del invierno decía: "Dios se ha olvidado de nosotros", pero en realidad, muy dentro de esos árboles, de esa muerte que parece ser el invierno, Dios estaba infundiendo ya la vida. 

Y a través de la palabra de los Profetas, y a través del amor de sus sabios y de sus santos, y a través de la prudencia de sus reyes, y a través de las cosas buenas y de las cosas malas Dios estaba saturando de gracia y de amor la historia.

Y cuando ya no pudo más esa saturación de amor, estalló esa gracia y se hizo visible, apareció esa misericordia, brilló esa luz, amaneció la gloria en nuestra vida con el Nacimiento bendito de Nuestro Salvador Jesucristo.

"Cuando se cumplió el tiempo" Carta a los Gálatas 4,4, significa dos cosas aparentemente contradictorias: cuando ya la historia no soportaba más pecados, esta es la perspectiva de San Pablo en los capítulos primero al tercero de la Carta a los Romanos. 

"Cuando se cumplió el tiempo" Carta a los Gálatas 4,4, significa que Dios se aburrió de ver a su criatura, la obra maestra de sus manos, destruída, profanada, prostituída.

"Cuando se cumplió el tiempo" Carta a los Gálatas 4,4, significaba que ya la historia no soportaba más pecado, pero también significa que ya la historia tampoco soportaba más amor, más gracia de Dios, es decir, ya no se le podía dar ni una gotica más de amor sin que se viera, y ese colmarse de la gracia fue lo que, precisamente, sucedió con el misterio de la Encarnación y del glorioso Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo.

El mundo estaba colmándose de pecado y Dios estaba saturando de amor al mundo; y algunos sólo veían el pecado y otros alcanzaban a ver la gracia. Pues bien, hubo un momento en el que Dios colmó la medida del pecado con la muerte de Cristo y colmó la medida de la gracia con la resurrección de Cristo. 

Y entonces, como dijo el mismo Jesucristo en el evangelio de Juan: "Fue juzgado y expulsado el príncipe de este mundo y quedaron manifiestas las intenciones de nuestros corazones" San Juan 12,31.

Dice el Apóstol San Pablo: "Cuando se cumplió el tiempo"Carta a los Gálatas 4,4, también en cada uno de nosotros, porque lo que decimos de la historia universal en cierto modo se cumple para cada uno de nosotros.

Si uno analiza por ejemplo, por qué uno se encontró con Dios en el momento en el que se encontró, también es por razones como las que he dicho de la historia universal, también en nosotros hubo una saturación de absurdo, un colmarse del pecado, de la negación, de la nada; un algo que nos llevó al límite de nuestras propias fuerzas.

Pero también en nosotros hay como un pequeño Antiguo Testamento, hay una serie de hilos dorados, azules, rojos, hilos de gracia, que Dios venía tejiendo amorosamente. 

Una serie de hilos que se necesita descubrir con la mirada de los Profetas, que quedan patentes cuando de pronto Dios enciende la luz de su Espíritu y uno dice: "Claro, tú me estabas amando desde que empecé existir, pero yo no me daba cuenta, yo estaba construyendo la muerte y tú construías mi vida; yo estaba camino al abismo y tú estabas llevándome camino a la gloria".

También nosotros hemos tenido nuestro pequeño Antiguo Testamento y también en nosotros Dios iba tejiendo su gracia hasta que llegó una gotica, que se llamó: seminario de vida en el Espíritu o que se llamó retiro espiritual, o confesión, o un atardecer, o una flor.

Dios pudo utilizar cualquier cosa; también en nosotros hubo una predicación que finalmente nos dejó saturados de esa gracia y nos invitó a abrirnos a su paz, a su piedad, a su misericordia.

Gracias a Dios se abre para nosotros este tiempo que sea bendecido por esta gracia, que sea un colmarse, un rebozarse de su piedad y de su amor.

"Ven, Señor Jesús, ven a colmar de perdón las historias donde ha habido pecado; ven, Señor Jesús, ven a hacer imposibles: Isabel estéril da a luz, María Virgen queda encinta; ven a hacer los imposibles de mi vida, a hacer esa transformación que sólo tú puedes hacer. Era imposible que una estéril concibiera, era imposible que una virgen fuera madre, pero nada es imposible para ti".

Ven, Señor, a colmar mi propia historia con tu gracia; ven, Señor, y por el ministerio bendito de la Virgen Santa, danos gustar y ver cuán bueno eres, cuán santo y cuán sabio, cuán providente.

Amén.

FrayNelson